lunes, 30 de noviembre de 2009

Satélite.

La visualidad ha sido la gran puerta por la que generaciones de escultores han entrado a la escultura. Esta manera visual de pensar la escultura ha arrinconado nuestro campo en un camino sin salida, donde el discurso escultórico no ha tomado en cuenta la cualidad más esencial de la palabra escultórica: La finísima constitución material de ella misma. La escultura contemporánea continuará en el mundo visual mientras no le pague el precio justo a la materia en que intenta aterrizar. (F.G)

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